Muchas veces vemos necesario o simplemente interesante colocar efectos o hacer loops en nuestros sets a la hora de mezclar en vivo. Le da un toque de personalización a las pistas, sabor a las mezclas y euforia, pero sólo y sólo si, se aplica con cuidado a su justa medida, en caso contrario, se suele obtener todo lo contrario.
Un FX, efecto, debe ser usado con discreción. Los loops, el flanger, el delay, de vez en cuando y en momentos precisos de la mezcla quedan muy bien pero recuerda que no deben durar mucho. Un loop demasiado largo produce tedio y pérdida del humor en la pista de baile, por eso es bueno lograr que entren y salgan los efectos a su medida.
Por ejemplo, si te gusta usar un loop para aprovechar un break para poder hacer el cambio de pista, puedes ir cortando o bajando el volumen del loop poco a poco hasta que desaparezca y quede el tema nuevo con toda su energía sonando y provocando la euforia de la multitud.
Un flanger o un delay durante unos 4 compases es más que suficiente. No es recomendable aguantarlo por más de eso al igual que cuando insertamos o anunciamos de una nueva pista; durante unos pocos compases basta para dar un impulso a tus oyentes para que sepan qué viene a continuación y lo disfruten sin desesperación.
Sería mejor usar un pedal con una máquina de efectos para controlar adecuadamente la entrada y salida de los mismos, aunque en la actualidad las mezcladoras de alto nivel poseen también efectos que automáticamente se adaptan al ritmo de la canción gracias a elaborados logaritmos de detección de ritmo.
NOTA: Usar mucho efecto es contraproducente, los novatos suelen maravillarse con los efectos y abusan de ellos. Los FX se deben emplear para realzar mejoras y sensaciones positivas, no para desmejorar.